La distribución equitativa de las tareas y responsabilidades domésticas entre hombres y mujeres es un punto fundamental en el camino hacia la igualdad de género. En este sentido, las políticas de corresponsabilidad tienen un impacto positivo en tres niveles: desde lo personal, garantizan el derecho de los padres a cuidar, de las mujeres y personas gestantes a contar con mayores condiciones de igualdad, y de los niños y niñas a recibir cuidados de ambos progenitores. Desde lo organizacional, mejora el compromiso de los colaboradores al facilitar la conciliación familiar sin afectar sus carreras. Y, desde lo social, se beneficia a la sociedad en su conjunto al equilibrar la vida productiva y reproductiva.
Entonces: ¿de qué manera se pueden involucrar las empresas para promover una mayor corresponsabilidad?
- Balance vida laboral – vida personal: promover una cultura donde se respete este balance en todos los niveles de la organización. Esto no solo implica evitar trabajar por fuera de los días y horarios establecidos, o tener políticas compensatorias claras en caso de viajes, sino también desarrollar beneficios y prácticas específicas que fomenten la conciliación.
- Flexibilidad horaria a través de medidas para reorganizar la jornada laboral en función de las necesidades del cuidado de hijos y de personas dependientes: desde la posibilidad de cambiar de turno, hasta reducir o flexibilizar los horarios de trabajo para adaptarse a las responsabilidades familiares de los colaboradores.
- Licencias parentales equitativas, de manera que madres y padres tengan la oportunidad de cuidar y criar a sus hijos equitativamente.
- Apoyo directo: proporcionar, por ejemplo, servicios de cuidado infantil para los hijos de los colaboradores.
- Concientización: desarrollar talleres, charlas y espacios de sensibilización sobre la importancia de la corresponsabilidad de género en las tareas domésticas.
- Formación en habilidades de conciliación: ofrecer herramientas para ayudar a los empleados a promover el equilibrio familia-trabajo. Éstas pueden incluir la gestión del tiempo, la resolución de conflictos y la comunicación efectiva.
- Comunicación inclusiva: es importante que las empresas incorporen a la corresponsabilidad como un valor importante que se encuentre plasmado en las distintas comunicaciones que realiza, tanto de manera interna como externa.