Según datos del Ministerio de Economía de la Nación (2019), la construcción, la energía y la industria son los 3 sectores con menor cantidad de mujeres. ¿A qué se debe esta brecha? Las llamadas “paredes de cristal” pueden explicar parte del fenómeno: la participación de las mujeres en el mercado laboral es predominante en actividades altamente feminizadas, aquellas vinculadas a la enseñanza, el cuidado y la salud, y el trabajo doméstico remunerado.
Sin dudas, los estereotipos de género y los prejuicios que rodean a ciertas profesiones y trabajos juegan un rol importante al evitar que las mujeres ingresen en algunas industrias. En muchos casos, una percepción común de que ciertos trabajos son solo para ciertos géneros ha llevado a la segregación ocupacional. Estos estereotipos afectan a las personas no solo en la búsqueda laboral, sino también mucho antes, como por ejemplo a la hora de elegir qué estudiar. Asimismo, es probable que las mujeres no hayan tenido suficientes modelos a seguir en ciertas industrias o trabajos, lo que puede llevar a una falta de confianza y una percepción de que no pertenecen allí.
Se suman también otros factores, como barreras estructurales que dificultan el acceso de las mujeres a los sectores tradicionalmente masculinizados. Éstas pueden incluir requisitos de educación o experiencia laboral que desproporcionadamente afectan a las mujeres, así como prácticas de contratación y promoción que favorecen a los hombres: viajes de trabajo, horarios poco compatibles con las tareas de cuidado, poco equilibrio entre vida laboral y personal, entre otras.
Sin embargo, la incorporación de una mayor cantidad de mujeres en estas industrias puede traer numerosos beneficios para las compañías: una mayor diversidad es esencial para fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y creativo. Asimismo, según un estudio de McKinsey & Company (2015) las empresas con una mayor diversidad de género tienden a ser 15% más rentables que aquellas con equipos más homogéneos. De todas maneras, centrarnos solo en las oportunidades de incorporar mujeres a los equipos de trabajo es, en realidad, tener una mirada parcializada: hoy el paradigma de la diversidad, equidad e inclusión se ha convertido en un imperativo para toda compañía que quiera ser sostenible en el tiempo y cada vez son más las que están trabajando activamente en el tema.
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