De acuerdo al informe “People at Work 2022: A Global Workforce View” del ADP® Research Institute, el 53% de las personas a nivel mundial afirman que su trabajo se ve afectado por una mala salud mental. Para Naciones Unidas, la salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, aprender y trabajar adecuadamente.
En Argentina, hasta la pandemia, el 29,1% de los mayores de 18 años convivía con algún problema de salud mental, de acuerdo con los datos del estudio epidemiológico en la población general que hizo la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) en 2019. Para noviembre del 2021, el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la UBA detectó un aumento de los síntomas de ansiedad y depresión.
Así, resulta fundamental llevar la discusión sobre la salud mental dentro de las organizaciones: ¿qué buenas prácticas se pueden implementar? ¿Cómo reducir la estigmatización y discriminación a la hora de hablar sobre salud mental? ¿De qué manera podemos contribuir a ámbitos de trabajo donde se priorice la salud mental de todo el equipo? A continuación, compartimos algunos consejos en esta línea:
- Trabajemos en pos de una cultura laboral abierta e inclusiva, donde prime el respeto, el diálogo y se puedan expresar las diferencias.
- Asegurémonos de que los canales para denunciar potenciales situaciones que atenten contra la salud mental de las personas sean de fácil acceso.
- Capacitemos al equipo directivo de modo que puedan identificar cuándo una persona requiere ayuda especializada.
- Promovamos un adecuado equilibrio entre la vida personal y laboral. Tengamos en cuenta las situaciones particulares, como aquellas personas que tienen familiares a cargo.
- Incentivemos la desconexión. Contemos con límites explícitos para evitar los mensajes laborales por fuera de ciertos horarios.
- En caso de quienes ejercen teletrabajo, formulemos planes de trabajo individuales que aclaren las prioridades y que sean claros con respecto a los plazos y resultados previstos.
- Promovamos espacios para el ejercicio físico, actividades más distendidas o lúdicas, momentos de relajación, así como una nutrición más saludable.
- Desarrollemos programas de voluntariado que incentiven al equipo de trabajo a involucrarse con la comunidad de la que forman parte.
- Asociémonos con especialistas que nos permitan abordar el tema mediante espacios de capacitación y concientización.